Todas las organizaciones en el mundo, independiente de la labor que desarrollen tienen una identidad la cual debe ser protegida y soportada ante los usuarios.
La identidad de las organizaciones se representa a través de sus instalaciones físicas, su papelería, el logo símbolo, sus colores institucionales, su uniforme, el trato hacia las personas, etcétera; algunos de estos componentes deben estar relacionados en un manual, que no pretende discriminar a las personas sino por el contrario se constituye en una herramienta que permite que cada trabajador de la entidad aplique unas normas básicas para la buena presentación personal y en cada momento esté divulgando y promocionando la identidad de la organización.
Es totalmente comprensible que en el día a día como seres humanos que somos, queramos expresar nuestra identidad individual a través del vestuario y esto es viable siempre y cuando no riña con las normas establecidas para el vestuario laboral. La imagen depende en gran parte de la forma como la proyectan los empleados en su servicio y contacto con el usuario a través de una actitud amable cimentada en un trato respetuoso y cortes.