En nuestro medio ha echado raíces la costumbre de hacer fiestas previas a la boda, a las que los invitados llevan regalos para los contrayentes. Estos festejos conocidos como "showers" o "lluvias de regalos", son celebraciones informales que organizan las amigas de la novia con el fin de ayudar a los futuros esposos a conseguir las cosas básicas del nuevo hogar.
Los showers no tienen hora precisa, aunque es frecuente ofrecer un té al final de la tarde o una fiesta informal en la noche, en la que se reparten pasabocas y cocteles.
Cuando la boda es muy formal, tres o dos días antes se acostumbra hacer un ensayo general en la iglesia o lugar elegido para celebrarla, con la presencia de todos los participantes: padrinos, madrinas, damas de honor, pajes, damitas, músicos, padres de los contrayentes y, lógicamente quién oficiará la ceremonia. En esa oportunidad la novia es la encargada de dirigir y aclarar cualquier duda, especialmente a las damas de honor, quienes serán sus acompañantes más cercanas.
También es habitual hacer la entrega de regalos de boda, dos o tres días antes del matrimonio, bien sea en la casa de la novia o en un lugar alquilado. Asisten los invitados que lo desean y se exhiben los presentes. Es una celebración que no se prolonga más de dos horas, se reparten pasabocas y bebidas. Se acostumbra que este día el novio le lleve serenata a la novia, gesto muy especial que le permite reafirmar por medio de canciones el amor que siente por ella.
Las despedidas de solteros también ocupan su espacio vital en esas ajetreadas semanas.
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