Sobre la primera imagen que nos recuerda los parámetros que utilizamos para determinar la posición de la boca, podemos encontrar las variables que nos permiten hacer una clasificación. Por ejemplo según las medidas horizontales; aquellas que acotan la longitud de la boca, se determinan que unos labios puedan ser cortos o largos.
Los labios se clasifican por su volumen y forma en: gruesos, finos, de volumen descompensado, de formas redondas, de formas angulosas, de comisuras recortadas, de comisuras caídas, con punta de altura elevada, con base inferior en punta, cortos, largos, etcétera. Un buen maquillista debe tener en cuenta una selección de productos con los que podrá hacer las correcciones necesarias en cada caso.
Los labiales, independiente del formato, han de tener una buena consistencia y que se puedan aplicar con facilidad, ya sea con pincel o directamente con la barra de uso individual. Podemos escoger entre acabados satinados o mates. La selección del color y la intensidad irá en armonía al conjunto del maquillaje y como regla general, en un maquillaje elegante debemos dar protagonismo a los ojos o a los labios en diferente medida.
Los lápices para el contorno sirven para definir, dibujar con nitidez o hacer una corrección de asimetría. Su mina debe ser untuosa para una fácil aplicación, que también permita crear trazos finos y a la vez rellenar para difuminar con un pincel con el fin de obtener mayor duración una vez se aplique el labial. Los brillos labiales pueden ser transparentes o de pigmentación ligera y en las fórmulas de larga duración permanece más el pigmento que el efecto brillo.
Tener un buen criterio a la hora de hacer una inversión en productos se consigue a través de la práctica y la adquisición de nociones sobre las características y la funcionalidad de los productos cosméticos. Además de una buena selección de productos, se debe tener en cuenta que el maquillaje corresponda a la edad de quién lo lleva y hacer que la persona se sienta identificada con él.
Un buen maquillista siempre tendrá en cuenta que a la hora de maquillar no se trata de "hacer cambios extremos" que transformen a una persona en otra; se trata de brindar asesoría teniendo en cuenta las características, el gusto y el estilo personal de sus clientas.
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