Lo primero que recomiendo a mis alumnas del curso de
maquillaje profesional es que si no han estudiado estética por lo menos, no
recomienden productos para el cuidado facial cuando las pieles presentan
enfermedades cutáneas, problemas genéticos o simplemente ya las pieles
presentan anomalías propias de la edad. Lo digo porque todas las pieles no son
iguales. Primero, por genética y segundo, porque no todas las mujeres la han
tratado igual. En esta suma influye cuánto hayan abusado del sol, la
alimentación, si duermen lo necesario o no, si tienen o han tenido acné. Puede pasar que se asesore mal a un cliente. En
cuanto ven que el rostro ya no está como antes lo normal es que crean que está
deshidratado y le recomienden una crema hidratante. Pero puede que ese no sea
su problema y que, en realidad, el mal estado de esa piel sea falta de
oxigenación, flacidez, manchas, primeras líneas de expresión… Así que la
hidratante no le hará mal pero tampoco resolverá su problema.
Lo básico que deben tener en cuenta es conocer sobre los
principios activos en cosmética y cuáles son los ingredientes responsables de realizar
la función para la que el producto en cuestión está preparado. Así, si su
clienta le dice durante el diagnóstico previo “es que mi dermatólogo o
esteticista determinó que mi piel presenta…”usted ya toma la determinación de
aplicar los productos cosméticos para la preparación de la piel o el maquillaje
con base a las necesidades expresadas por sus clientes. A continuación algunos
principios activos contenidos en algunos cosméticos y para qué sirven:
1. Coencima Q10:
La Coencima Q10 de grado cosmético es un potente
antioxidante que previene la oxidación de los lípidos de la piel, protegiendo
contra la radiación UV y los radicales libres. Su función es la de
antienvejecimiento, porque evita la degradación del colágeno y la formación y
profundidad de las arrugas, además de restaurar la barrera lipídica de la piel.
2. Manteca de karité:
Este principio activo es el mejor amigo de las pieles secas
y deshidratadas y también sirve para las pieles sensibles. Es un producto
concentrado con un gran poder de regeneración, que la hace perfecta para
productos destinados al cuerpo, la cara o los labios, que carecen de barrera
protectora propia.
3. Vitamina E:
La acción de la vitamina E es antioxidante, rejuvenecedora y
protectora frente a las agresiones externas y los radicales libres que pueden
causar el envejecimiento prematuro de la piel. Su acción es frente a las
arrugas y las toxinas del medio ambiente, pero también es buena para la
regeneración de los tejidos. El contorno de ojos que contiene en su fórmula
Vitamina E, ayudará a reducir bolsas y atenuar ojeras.
4. Péptidos:
Los péptidos son moléculas cuya función es sobre todo la de
detectar anomalías en la piel y contribuir a su reparación. Con la edad, estas
moléculas van disminuyendo su actividad y por eso en algunos productos de
belleza se incluyen péptidos artificiales.
5. Ácido hialurónico:
El beneficio principal del ácido hialurónico es su capacidad
de retener miles de veces su peso en agua. Dicha capacidad, le convierte en un
aliado perfecto para hidratar la piel, protegerla e incrementar el nivel de colágeno.
Los serum con ácido hialurónico revelarán un cutis más radiante desde la
primera aplicación.
6. Rosa mosqueta:
El aceite de rosa mosqueta es un poderoso regenerador para
la piel, ya que actúa como humectante, mejorando su hidratación; pero también
ayuda a la cicatrización, reduce la pérdida de agua en la epidermis, atenúa la
visibilidad de cicatrices y evita las estrías.
7. Cafeína:
La cafeína tiene múltiples propiedades cosméticas y,
dependiendo del producto en el que se presente, puede tener diferentes
funciones. Por ejemplo, en anticelulíticos, combate la piel de naranja al
acelerar el riego sanguíneo; es un potente antioxidante que ralentiza el ritmo
de envejecimiento de la piel y también es descongestivo, propiedad óptima para
el tratamiento de ojeras y bolsas en los ojos.
8. Jojoba:
El aceite de jojoba es beneficioso para el cabello y para la
piel, debido a sus propiedades restauradoras y acondicionadoras. En la piel,
protege las capas superficiales frente a las fuertes radiaciones de sol y en el
cabello, proporciona mayor brillo y suavidad.
Así que acertar con los principios activos adecuados para
cada rostro es la clave para que un cosmético funcione y la piel quede radiante
y preparada para el maquillaje. También hay que tener en cuenta el orden de
aplicación de los productos. Que, por lo general, es limpiadora + serum +
hidratante + filtro solar. Pero, que en la práctica se complica y mucho. El
orden dependerá de qué tipos de productos y principios activos vayamos a usar. Si
uno de los serums fuera acuoso y el otro oleoso, habría que aplicar primero el
de base acuosa ya que el graso forma una película que dificulta la absorción
del otro. Es lo de que el aceite y el agua se repelen, pero en versión
cosmética. Si se hace en orden inverso y solo penetra una parte del producto es
como si tiráramos a la basura una porción de un cosmético y, encima, con la
desazón de pensar que no sirve para nada.