MUJER, SOLO USTED DECIDE SI LO VALE.
Al igual que todos los grandes avances técnicos y científicos de la época, la estética ha penetrado en los diversos ámbitos de la vida cotidiana y el concepto de imagen se identifica con prestigio que es sinónimo de consideración social de la que goza una persona.
La belleza y la imagen van de la mano, de ahí que una mujer bella que no desarrolle su imagen puede pasar inadvertida. De otro lado, una mujer no tan bella puede desplegar una imagen que le dé notoriedad, que la haga interesante y atractiva aún por encima de las más bellas.
El primer paso para cambiar de imagen es identificar ese ser profundo que aparece a través de la personalidad y que, por ende, se refleja en la apariencia formal exterior. Una vez reconocida la identidad, el segundo paso consiste en construir la nueva imagen. Como la imagen formal es superficial, el tercer paso necesariamente es una elaboración profunda de la propia imagen (imagen formal e imagen profunda deben apoyarse la una en la otra).
De poco o nada vale una forma cuasi perfecta si no sale a flote una personalidad que la sustente, que le imprima una dinámica y unas características acordes con las circunstancias en que se desenvuelve una mujer.
La clave del éxito radica en reconocer la propia identidad personal, teniendo en cuenta los tres aspectos primordiales: primero, la personalidad; segundo, la apariencia física y tercero la edad. Una vez reconocida iniciar el proceso de construcción de una nueva imagen que la exalte y la conduzca al éxito.
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