La respuesta común de los vendedores es que los clientes les
pertenecen ya que son ellos quienes día a día mantienen la comunicación con sus
clientes y conocen sus necesidades. A su vez, la respuesta común en los
gerentes y empresarios es que los clientes le pertenecen a la empresa porque es
la empresa quien contrata a los vendedores y suple los productos o servicios relacionados.
Mi comentario a esto es que los clientes son fieles a quienes perciben que son
los que les solucionan sus problemas, satisfaciendo sus deseos y necesidades.
Ahora bien, si quien lo hace es el vendedor, entonces es muy
probable que si el vendedor renuncia y se va a una empresa de la competencia,
el cliente le seguirá y comprará en esa empresa para que dicho vendedor le siga
atendiendo (a menos que sus productos tengan exclusividad y no se vendan en
dicha empresa). Por otro lado, si el cliente realmente percibe que más allá del
vendedor, es la empresa la que le soluciona sus problemas y satisface sus
deseos y necesidades, entonces permanecerá fiel a la misma, más allá de si se
va el vendedor a otra empresa.
La clave del asunto es lograr ser percibidos como quienes
proveemos el valor agregado al cliente a través de una excelente relación con
el mismo, conociendo lo que le gusta o le disgusta, lo que necesita y como esto
le afecta, lo que desea y que está dispuesto a dar para conseguirlo.
Todo el equipo laboral de una empresa está comprometido con el servicio al cliente. De esta manera siempre éste le será fiel a la entidad que le presta el servicio no a una sola persona.
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