Aunque a una gran mayoría de los empresarios no se lo
parezca la inversión en protocolo y relaciones públicas es muy rentable para la
empresa. Es beneficiosa no solo a nivel económico sino a efectos de imagen y
comunicación. Una marca con protocolo es una marca más sólida, más creíble, más
fiable, más querida y mucho más duradera en el tiempo.
Atender de forma
adecuada a las visitas, a los proveedores, a los clientes; tener unas
relaciones cordiales y fluidas con otras empresas, con instituciones y con
organismos, tanto oficiales como privados, etcétera. es una buena manera de entender
la filosofía del protocolo en la empresa. Una empresa debe relacionarse de
forma educada y correcta con otras personas y con otras empresas y entidades.
En muchas ocasiones
las diferencias no las marcan los productos o servicios ofrecidos, ni sus
precios... sino la del buen "hacer" de los empleados y directivos de
una empresa. El protocolo ayuda a diferenciar unas empresas de otras. Ayuda a
diferenciar su empresa de la de la competencia con un producto o servicio
diferente más atractivo por su imagen más "correcta", más
"encantadora", más "elegante"...
Muchas empresas
están empezando a utilizar las "buenas maneras" como elemento de
valor añadido en su objetivo por tratar de "fidelizar" a sus
clientes. Ya no valen únicamente una buena oferta, un buen precio... hay que
añadirle algo más. Un empleado que responde amablemente al teléfono, una
persona que resuelve nuestras dudas o atiende nuestras reclamaciones y
sugerencias; una visita a las instalaciones de la empresa para ver donde se
hace ese producto que compra y utiliza... una serie de medidas encaminadas a
que el cliente sea fiel a un producto o servicio por otras cuestiones, a
mayores, que no solo sean el precio o determinadas características.
Casi todas las
empresas deberían confeccionar su propio "Manual de Protocolo y
Comunicación", en el que establecer un conjunto de normas o reglas de
cortesía, metodologías de buenas prácticas y fórmulas que refuercen las
relaciones humanas dentro y fuera de la empresa, logrando con todo ello un
estilo propio de empresa, que cuida todos los detalles de una forma armoniosa,
sutil y elegante.
Casi todo es fácil de copiar en las empresas: la tecnología
(comprar una determinada máquina es accesible a casi todas las empresas); el
envase, la etiqueta... fácilmente adaptable a la línea seguida por la mayoría
de las empresas del sector; incluso la propia identidad corporativa puede tener
"similitudes" demasiado cercanas a otras empresas. Cuál puede ser uno
de los mayores elementos diferenciadores: el estilo y el "saber
hacer" de la empresa. La cultura de la cortesía, del buen trato, del
respeto, de la atención esmerada... hacen que la empresa se diferencie de las
demás. Como se dice actualmente con demasiada insistencia, una compañía que
tenga un cierto "glamour" del que carecen otras muchas empresas del
sector puede ser muy beneficioso y rentable.
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