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jueves, 11 de enero de 2018
¿QUÉ HACER PARA QUE NUESTROS HIJOS DEJEN DE DECIR PALABRAS VULGARES?
Es terrible cuando escuchamos en la calle y aún peor si se trata de nuestros propios hijos decir palabras vulgares, se ha vuelto generalizado y muy notorio entre mujeres. De manera frecuente escuchamos dos amigas que se llaman una a otra "marica", repiten tres o cuatro veces la misma palabra, lo peor es constatar que se trata de mujeres que ya han dejado su adolescencia. En los mensajes por redes he llegado a observar iniciales como HP, también lo he escuchado a viva voz, en oficinas, ascensores, transporte público y en conversaciones por celular.
El siguiente texto es extraído de http://www.oxigeno.fm/2015/las-15-palabras-mas-usadas-por-los-jovenes-en-colombia-dia-del-idioma-2731598-113119.html
Entre las palabras que suelen utilizar y que ya hacen parte del diccionario, se destacan tenaz, chévere, ventiado, chimba, pana y parce. Las mujeres, en algunos casos, suelen ser más groseras y vulgares en sus conversaciones que los hombres, agrega el texto.
Algunas palabras del lenguaje juvenil para tener en cuenta, de acuerdo con esa investigación:
Chimba (o): bueno o bonito pero también lo contrario, de poco valor.
Marica: amigo, compañero.
Parce: amigo.
Gonorrea: extraordinario.
Chichipato: falso.
Rumbiarse: besarse.
Intenso: insoportable.
Showsero: que llama la atención;
Guisa; persona que viste mal.
Violinista: tercera persona en una relación; achantado: triste.
Birra: cerveza.
Grilla: mujer fácil.
Chirry: gamín.
Güevón: amigo.
Pato: tonto.
En el caso de sus hijos, si ese es su caso, para que se den cuenta de cómo se oye cuando habla, les recomiendo que los grabe y después les deje oír la grabación. Si se trata de palabras vulgares escritas tome una fotografía de este texto para imprimir a ver si se empieza a dar cuenta de los feos modales que posee. Quizá de esta manera, si es necesario en repetidas ocasiones, lo que oiga y lo que vea ya no sea de su agrado y reflexione si esa es la imagen que desea proyectar.
En la disciplina que regula el buen comportamiento, indispensable cuando se vive en sociedad, las normas y buenos modales garantizan respeto mutuo. Los modales se forman de hábitos o costumbres adquiridas a lo largo de la vida, unas veces de oído, otras visualmente. Hoy en día cada persona vale por lo que es, y de ella depende conocer y seguir las reglas para aprender a convivir con los demás.
Recordemos siempre que cuando se habla y cuando se escribe hay que tener buenos modales para no ofender a las personas que conviven a nuestro alrededor.
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