LOS CUATRO NIVELES DE PROYECCIÓN PERSONAL EN LA ASESORÍA DE
IMAGEN
La asesoría de imagen estudia cuatro niveles de proyección
personal que abarcan desde lo más modificable y superficial de la imagen
externa que es todo aquello que nos podemos quitar y poner con relativa
facilidad: el maquillaje, modificación o cambio estructural del cabello, el
vestuario y sus complementos; hasta lo más profundo del ser y, por lo tanto lo
más difícil de modificar. Se trata de actitudes tales como la generosidad, la
cordialidad, la discreción, la generosidad, el saber estar o la buena
presencia.
Los niveles de proyección de asesoría de imagen personal
son:
1.
Imagen Externa
Es el nivel superficial, todo aquello que nos ponemos en
nuestro cuerpo, con relativa facilidad y requiere poco tiempo para su
realización física: el maquillaje, el peinado, los complementos, la
indumentaria.
Uno de los objetivos de la asesoría de imagen es embellecer
el aspecto externo de una persona o colectivo, pero no se trata solamente de
embellecer la imagen sino que se plantea la necesidad de adecuar la imagen
externa con lo que el cliente quiere transmitir, teniendo en cuenta los cánones
de belleza y el entorno del cliente. Una vez planteado el objetivo, el asesor
debe descifrar cada uno de los mensajes que transmite el cliente, observando
cuales deben ser modificados y cuales deben permanecer. Esta observación se
hace a través de las costuras de la indumentaria, el color de la piel, ojos,
cabello, del color, forma, volumen y líneas de la indumentaria y el movimiento
de proyección o de traslación.
2.
La expresión
Es el segundo nivel. Gracias a la expresión transmitimos
nuestra forma de ser o de pensar. La expresión forma parte de la comunicación,
ya que a través de ella emitimos consciente o inconscientemente un mensaje
concreto. En la comunicación usamos diferentes tipos de expresión: verbal, no
verbal, escrita y visual.
3.
La actitud
Es el nivel más profundo de la imagen personal y por lo
tanto lo más difícil de modificar. Las actitudes son innatas desde que nacemos,
aspectos como la generosidad personal, la cordialidad o la discreción forman
parte de nuestro aprendizaje convirtiéndose en cualidades o características de
la personalidad que llegan incluso a transmitir nuestros principios morales. Si
una de las características intrínsecas de su personalidad es ser una persona egoísta,
difícilmente cambie a ser generosa en el amplio sentido del término, si bien
puede modificar algo esta actitud con mucho tesón, esfuerzo, entrenamiento y
tiempo. Las actitudes son fundamentales si desea proyectar una buena imagen.
4.
La aptitud
Es la fase más elaborada de la imagen personal. La imagen
externa y la expresión junto con las actitudes, encuentran su punto de unión en
las aptitudes; siendo las más básicas dentro de la asesoría de imagen el “saber
estar y la buena presencia”.
Se llaman aptitudes porque la persona para poseerlas ha
debido de realizar un proceso intelectual de comprensión y adaptación del
entorno, es decir, ha tenido que combinar todos los elementos de la imagen para
adecuarla a cada circunstancia sin dejar de ser uno mismo.
Para definir aptitud en términos de asesoría de imagen se
utiliza la acepción del diccionario que afirma que “la aptitud es la que hace
que una cosa sea adecuada para cierto fin (…) idoneidad para obtener o ejercer
un empleo”
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