Las glándulas sudoríparas, las apocrinas, empiezan a
funcionar en la pubertad y son más abundantes en las axilas y en las ingles.
Estas glándulas se activan no solamente por el calor, sino también por la
tensión emocional y son las que provocan que la persona sude cuando se siente
nerviosa, tensa o con miedo. El sudor de
tipo apocrino tampoco tiene olor, pero contiene grasa y proteína. Y ahí comienza el problema. Cuando las
bacterias que viven en la piel están expuestas con este tipo de sudor, lo
absorben y lo utilizan en su metabolismo, rompen sus lazos químicos y generan
gases. En realidad, es la mezcla del
sudor con las bacterias la que provoca el mal olor que molesta y desagrada,
asociado con esas zonas específicas del cuerpo, como las axilas, las ingles,
las partes íntimas y los pies.
Pero hay otras razones por las que el cuerpo puede tener un
olor desagradable. Incluyen:
- Enfermedades del riñón, del hígado o de la piel (infecciones por hongos, por ejemplo)
- Medicamentos que la persona esté tomando
- Deficiencia de zinc o exceso de toxinas
- El uso de alcohol o cigarrillos
- Llevar una dieta rica en ajo, comino y condimentos muy fuertes
Definitivamente, el mal olor corporal está relacionado
principalmente con la combinación de sudor y de bacterias. En muchas culturas,
el olor corporal no solamente es aceptable, sino hasta grato y codiciado. Pero en la nuestra, es un tabú. Por eso
proliferan las industrias que producen productos para limpiar y perfumar la
piel, desde jabones y desodorantes hasta lociones. Veamos las soluciones que tienes a tu
alcance.
Te entrego aquí 10 ideas para combatir el mal olor corporal:
1. La higiene juega un papel fundamental para combatir el
mal olor y tus armas principales son el agua y el jabón. Limpia completamente
la piel con una toallita y agua jabonosa (si quieres, puedes usar un jabón
antibacteriano), poniendo énfasis en las áreas que más sudan.
Hay cientos de productos en el mercado con todo tipo de
aromas, y está muy bien que escojas y uses tu favorito, pero el perfume no
evita el mal olor, la limpieza sí. Aplica
cremas y lociones perfumadas solamente sobre la piel muy limpia.
2. Rasura tus axilas con frecuencia para mantenerlas secas y
evitar la acumulación de bacterias. Seca muy bien el área (y también los pies)
después del baño. Las bacterias no pueden reproducirse en un ambiente seco.
3. Aplica un desodorante en las axilas, pero el desodorante
solamente enmascara el mal olor, no impide la sudoración. Si sudas mucho, intenta usar un desodorante
que contenga también un anti perspirante. No uses desodorante sin antes lavar y
secar muy bien tus axilas.
4. Sobre todo en el verano, usa ropa ligera y de algodón
para que absorba el sudor.
5. Lava la ropa
después de cada uso, especialmente la ropa interior y la ropa con la que
practicas deportes. Cualquier ropa sudada es un criadero de bacterias.
6. Usa medias (calcetines) de algodón para que los pies no
tengan mal olor.
7. Deja airear los zapatos y usa un desodorante para calzado
para que siempre huelan bien.
8. Siempre que sea posible, usa zapatos abiertos o sandalias.
9. Haz cambios en la dieta: evita alimentos muy grasosos y
condimentados. Limita las cantidades de cebolla, ajo o curry para condimentar
los platillos.
10. Si padeces de exceso de sudoración (la condición se
denomina hiperhidrosis), consulta con un médico para que te indique el
tratamiento más adecuado. Este puede incluir medicamentos orales, inyecciones
de bótox, la iontoforesis (un tratamiento a base de una corriente eléctrica
baja y agua para bloquear los conductos del sudor) y en casos extremos, la
cirugía.
Te recomiendo que seas constante en la práctica de estos
buenos hábitos de higiene. Verás que con
un poco de cuidado, más cambios de ropa y hasta reduciendo la cantidad de
alimentos picantes y condimentados que tanto te gustan, podrás evitar ese
desagradable mal olor corporal. El esfuerzo vale la pena.
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