miércoles, 13 de julio de 2016

Clave 2: Influencia, para dejar huella.

En su best-seller, Las 21 leyes irrefutables del liderazgo, de las que menciona John Maxwell, la segunda es la Ley de la influencia:"la verdadera medida del liderazgo es la influencia, nada más, nada menos".
Muchas personas no requieren de una carrera profesional en Comunicación. La influencia del comunicador en la vida de una persona puede comenzar aun cuando este sea niño y esté en el colegio.
La influencia puede ser positiva o negativa. Por eso se puede pensar en la capacidad de influir a través de la comunicación no solo como una habilidad, sino como una responsabilidad de quién la ejerce. Se puede influenciar con la comunicación hablada y a través de cada una de las palabras que decimos, no solo en medio de un discurso, conferencia, capacitación, seminario, foro o debate.

La comunicación hablada de un líder es un factor determinante para que la gente lo siga. Nadie quiere seguir a un líder que no se expresa bien. Que no comunica, ni transmite, ni logra una comunicación asertiva.
En cambio todos quieren seguir, como si tuviera un imán, a aquel a aquel que se expresa con palabras claras y sencillas, pero profundas. Convence. Muestra criterio y seguridad. Sabe "llegar" a la gente.

La influencia de la comunicación hablada se logra también en los pasillos. En la interlocución uno a uno, en la oficina. Porque a través de las palabras podemos influenciar a los demás para que ellos tomen iniciativas inteligentes. O para que eviten tomar decisiones equivocadas.

Un buen líder no es el que sabe mandar, un buen líder es el que sabe comunicar.

Después les hablaré de la Clave 3: Innovación, para competir y crecer.

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