Muchas personas no requieren de una carrera profesional en Comunicación. La influencia del comunicador en la vida de una persona puede comenzar aun cuando este sea niño y esté en el colegio.
La influencia puede ser positiva o negativa. Por eso se puede pensar en la capacidad de influir a través de la comunicación no solo como una habilidad, sino como una responsabilidad de quién la ejerce. Se puede influenciar con la comunicación hablada y a través de cada una de las palabras que decimos, no solo en medio de un discurso, conferencia, capacitación, seminario, foro o debate.
La comunicación hablada de un líder es un factor determinante para que la gente lo siga. Nadie quiere seguir a un líder que no se expresa bien. Que no comunica, ni transmite, ni logra una comunicación asertiva.
En cambio todos quieren seguir, como si tuviera un imán, a aquel a aquel que se expresa con palabras claras y sencillas, pero profundas. Convence. Muestra criterio y seguridad. Sabe "llegar" a la gente.
La influencia de la comunicación hablada se logra también en los pasillos. En la interlocución uno a uno, en la oficina. Porque a través de las palabras podemos influenciar a los demás para que ellos tomen iniciativas inteligentes. O para que eviten tomar decisiones equivocadas.
Un buen líder no es el que sabe mandar, un buen líder es el que sabe comunicar.
Después les hablaré de la Clave 3: Innovación, para competir y crecer.
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