Clave 1: Inspiración, para comunicar con ingenio.
Clave 2: Influencia, para dejar huella.
Clave 3: Innovación, para competir y crecer.
Clave 4: Autenticidad, para distinguirse.
Clave 5: Pasión, para impactar.
Clave 6: Cercanía, un mensaje amigable.
Clave 7: Dominio de sí mismo y de grupo.
Hoy hablaré de la primera clave: Inspiración, para comunicar con ingenio.
"Si la inspiración no viene a mi salgo a su encuentro, a la mitad del camino", dijo Sigmund Freud (1856-1939), el médico y neurólogo austriaco, reconocido como el creador del sicoanálisis.
Así como en la pintura, la escultura y la música se necesita inspiración para crear grandes obras, también para el arte de la comunicación es definitiva la inspiración. Se puede inspirar a la pasión, a la innovación, al emprendimiento, a los principios y valores, a la inteligencia emocional, a la unidad, a la moralidad, a ganar, a soportar las dificultades para alcanzar las metas trazadas. A ser valiente y esforzado con su propósito.
Inspirar a otros es uno de los niveles más altos de la expresión oral. Una persona que inspira algo cuando comunica, producirá al hablar risas, lagrimas, asombro, reconocimiento, revelación de verdades, reflexión y recapacitación.
Un comunicador que inspira logra un efecto de alto impacto que motiva a su auditorio a iniciar acciones nuevas. A dejar lo que estaban haciendo mal y a emprender grandes batallas por la conquista de sus sueños.
Esta habilidad clave de la comunicación no es algo que viene por arte de magia, es necesario buscarla, desarrollarla y trabajar para alcanzarla.
Después les traigo el aporte de la segunda clave: Influencia, para dejar huella.
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