viernes, 22 de julio de 2016

ERRORES EN LA COMUNICACIÓN HABLADA

Teniendo en cuenta que no todo lo que hablamos en la oficina debe ser trascendental, en la mayoría de oportunidades los temas “sin importancia” tratados en su momento, mejoran las relaciones y suavizan el clima laboral.
Aún en estos momentos compartidos con nuestros jefes, compañeros, subalternos, es determinante la buena comunicación. 

Los términos coloquiales deben ser dosificados y en lo posible eliminados como por ejemplo: “que vainazo”, “hágame el cruce (o el catorce”); formas de dirigirse a los compañeros como “mamita”, “reinita”, “mamacita”, muñequita”, “gordis”, “mi cielo”, etcétera; también el tipo de frases desmesuradamente prácticas y revenidas como “abramonos”, “nos juimos” para disolver una reunión o al terminar nuestra jornada laboral.
Elimine de su léxico todos los extranjerismos que más pueda como: “okey”, “copy”, “dilit”, “shoping”, “mony”,”un coffee”, “unos drinkcitos”, e-mail, entre otros.
No utilice expresiones como: “pere tantico”, “luquiado o caleto”, “camellar o camello”, “algotro”, “foquiado”, para citar algunos ejemplos.

Tenga la seguridad que para efectos de un ascenso o mejora de condiciones laborales, siempre será tenida en cuenta la forma en la que usted habla; además de la claridad, la síntesis y la veracidad que comunique en su voz, argumentos, justificaciones y explicaciones.


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