En nuestra sociedad, y para el logro del crecimiento
profesional dentro de las organizaciones, el cuidado de la imagen personal implica el conocimiento y perfeccionamiento del
aspecto exterior, a través del porte, la vestimenta, la comunicación, etcétera.
Es usual que las empresas requieran de los servicios profesionales de especialistas en
Protocolo e Imagen, a fin de mejorar el estilo en el vestir, la forma de
comunicación gestual y algunas pautas de liderazgo que ayuden a potenciar la imagen de sus colaboradores.
En relación al aspecto físico, nacemos con una determinada
altura, rasgos faciales, o color de cabello, los cuales se pueden cambiar o mejorar,
haciendo todo lo posible por mantener una figura estilizada. Se pueden conocer
y aplicar las técnicas adecuadas de maquillaje para cada tipo de rostro,
utilizar los colores y diseños apropiados en la vestimenta profesional, pues la
indumentaria tiene el poder de mejorar decididamente la percepción positiva de
la imagen ejecutiva.
El conocimiento de los aspectos fundamentales de las
técnicas de la oratoria , enseña a tomar conciencia de que el manejo apropiado
de las cualidades de la voz, puede ser considerado uno de los instrumentos más
poderosos que permiten el logro de una comunicación oral fluida y creíble. La
voz se puede educar para trasformarla en más suave, pausada y agradable,
logrando que los modos de expresar una idea causen una impresión positiva.
Con respecto a la selección de la vestimenta, una
profesional debería elegir con esmero y especial dedicación la etiqueta más
apropiada para diversas ocasiones o reuniones en las cuales sea invitada o
desempeñe un rol especialmente relevante (anfitriona, invitada de honor,
invitada VIP).
Imagen ejecutiva.
Recomendaciones:
Un vestido negro, de líneas sencillas, puede ser considerado
“un básico” para asistir a diversas reuniones. Los accesorios le darán un
aspecto más “formal o más casual”.
Los colores oscuros y monocromáticos tienden a adelgazar y
estilizar la figura.
Las faldas levemente entalladas hasta la rodilla sientan
mejor que las plisadas o rectas.
Los trajes que más favorecen: pantalones rectos y chaquetas
sastre largas con hombreras discretas, levemente entalladas en la cintura en
colores negro, azul, beige, gris o pasteles.
Evitar las telas con adornos muy elaborados y colores muy
estridentes durante el día.
Los zapatos, la cartera y el cinturón, combinarán en color,
tamaño y diseño con el resto de la indumentaria.
El calzado resulta un accesorio de fundamental importancia
en la percepción del conjunto de la indumentaria. El taco más favorecedor para
la postura, es el de cinco centímetros, aportando altura y equilibrio.
Para una reunión de trabajo, evitar los estampados
llamativos, los tejidos gruesos y las telas satinadas o con brillos.
Las piernas se estilizan cuando se usan las medias y los
zapatos en la misma tonalidad.
Seleccionar en tonos neutros el color de los abrigos o
tapados: ( negro, azul o camel).
Los accesorios (pañuelos, carteras, anteojos,
joyas), deberán ser elegidos con un criterio discreto y sutil, a fin de realzar
y complementar aportando distinción, sin proyectar un aspecto recargado.
Selección de la vestimenta apropiada para cada reunión.
Otros aspectos a considerar:
El tipo de reunión ( cocktail, acto de apertura, almuerzo de
trabajo, conferencia, etc.).
El horario estipulado para la ejecución del evento.
Lugar del evento (salón de un hotel, restaurante, quinta o
residencia para fiestas, embajada, sala de reuniones de la empresa)
La estación del año.
Perfil de los invitados a la reunión (empresarios,
autoridades oficiales, artistas, etc.).
Si la ejecutiva asiste a un evento en calidad de invitada de
honor, invitada VIP, o desempeñará alguna función (locutora, disertante, etc).
El aspecto exterior debe proporcionar sensación de agrado y
de bienestar. En general, vestir de forma discreta pero favorecedora, siguiendo
las líneas clásicas con un toque de moda puede resultar la elección más
conveniente para proyectar una imagen femenina y profesional. La calidad de las
prendas se relacionan de manera directa con la duración y aspecto, ya que un
traje de corte impecable aporta elegancia y seguridad.
La mirada interior y exterior.
Algunas preguntas para
reflexionar:
¿Su estilismo es adecuado para cada ocasión? ¿Utiliza accesorios atractivos, armónicos, sobrios?
¿Sus modales y conducta hacia su familia, amigos y grupo de
trabajo transmiten y proyectan cortesía, confianza y credibilidad?
¿Puede interpretarse su lenguaje corporal como expansivo y
amable, interesado en mejorar y crear las condiciones para una comunicación
positiva? Puede interpretar el lenguaje gestual de su interlocutor?
¿Maneja con fluidez su capacidad de hablar en público?
¿Su comportamiento y personalidad se estructuran en valores
y virtudes morales?
¿Se compromete a trabajar compartiendo experiencias y
aportando calidad profesional en su ámbito laboral?
¿Decide trabajar en un ámbito de trabajo que sea coherente
con sus valores personales, en donde se perciba respeto, compromiso y
motivación?
Como conclusión de lo expuesto, se puede inferir que la
construcción de una imagen profesional equilibrada y armónica, resulta de la
sumatoria de aspectos exteriores, y una personalidad educada, expansiva y
naturalmente cordial, construida sólidamente en valores y virtudes morales.
Los profesionales del Ceremonial y Protocolo, estamos en
condiciones de poder asesorar acerca de los aspectos fundamentales que hacen a
la proyección de una imagen ejecutiva creíble y armónica, estructurada sobre
sólidos comportamientos éticos.
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