miércoles, 20 de enero de 2016

CRECIMIENTO PERSONAL.

En nuestra sociedad, y para el logro del crecimiento profesional dentro de las organizaciones, el cuidado de la imagen personal implica el conocimiento y perfeccionamiento del aspecto exterior, a través del porte, la vestimenta, la comunicación, etcétera.
Es usual que las empresas  requieran de los servicios profesionales de especialistas en Protocolo e Imagen, a fin de mejorar el estilo en el vestir, la forma de comunicación gestual y algunas pautas de liderazgo que ayuden a potenciar la imagen de sus colaboradores.
En relación al aspecto físico, nacemos con una determinada altura, rasgos faciales, o color de cabello, los cuales se pueden cambiar o mejorar, haciendo todo lo posible por mantener una figura estilizada. Se pueden conocer y aplicar las técnicas adecuadas de maquillaje para cada tipo de rostro, utilizar los colores y diseños apropiados en la vestimenta profesional, pues la indumentaria tiene el poder de mejorar decididamente la percepción positiva de la imagen ejecutiva.
El conocimiento de los aspectos fundamentales de las técnicas de la oratoria , enseña a tomar conciencia de que el manejo apropiado de las cualidades de la voz, puede ser considerado uno de los instrumentos más poderosos que permiten el logro de una comunicación oral fluida y creíble. La voz se puede educar para trasformarla en más suave, pausada y agradable, logrando que los modos de expresar una idea causen una impresión positiva.
Con respecto a la selección de la vestimenta, una profesional debería elegir con esmero y especial dedicación la etiqueta más apropiada para diversas ocasiones o reuniones en las cuales sea invitada o desempeñe un rol especialmente relevante (anfitriona, invitada de honor, invitada VIP).
Imagen ejecutiva. 
Recomendaciones:
Un vestido negro, de líneas sencillas, puede ser considerado “un básico” para asistir a diversas reuniones. Los accesorios le darán un aspecto más “formal o más casual”.
Los colores oscuros y monocromáticos tienden a adelgazar y estilizar la figura.
Las faldas levemente entalladas hasta la rodilla sientan mejor que las plisadas o rectas.
Los trajes que más favorecen: pantalones rectos y chaquetas sastre largas con hombreras discretas, levemente entalladas en la cintura en colores negro, azul, beige, gris o pasteles.
Evitar las telas con adornos muy elaborados y colores muy estridentes durante el día.
Los zapatos, la cartera y el cinturón, combinarán en color, tamaño y diseño con el resto de la indumentaria.
El calzado resulta un accesorio de fundamental importancia en la percepción del conjunto de la indumentaria. El taco más favorecedor para la postura, es el de cinco centímetros, aportando altura y equilibrio.
Para una reunión de trabajo, evitar los estampados llamativos, los tejidos gruesos y las telas satinadas o con brillos.
Las piernas se estilizan cuando se usan las medias y los zapatos en la misma tonalidad.
Seleccionar en tonos neutros el color de los abrigos o tapados: ( negro, azul o camel).
Los accesorios (pañuelos, carteras, anteojos, joyas), deberán ser elegidos con un criterio discreto y sutil, a fin de realzar y complementar aportando distinción, sin proyectar un aspecto recargado.
Selección de la vestimenta apropiada para cada reunión
Otros aspectos a considerar: 
El tipo de reunión ( cocktail, acto de apertura, almuerzo de trabajo, conferencia, etc.).
El horario estipulado para la ejecución del evento.
Lugar del evento (salón de un hotel, restaurante, quinta o residencia para fiestas, embajada, sala de reuniones de la empresa)
La estación del año.
Perfil de los invitados a la reunión (empresarios, autoridades oficiales, artistas, etc.).
Si la ejecutiva asiste a un evento en calidad de invitada de honor, invitada VIP, o desempeñará alguna función (locutora, disertante, etc).
El aspecto exterior debe proporcionar sensación de agrado y de bienestar. En general, vestir de forma discreta pero favorecedora, siguiendo las líneas clásicas con un toque de moda puede resultar la elección más conveniente para proyectar una imagen femenina y profesional. La calidad de las prendas se relacionan de manera directa con la duración y aspecto, ya que un traje de corte impecable aporta elegancia y seguridad.

La mirada interior y exterior. 
Algunas preguntas para reflexionar:

¿Su estilismo es adecuado para cada ocasión? ¿Utiliza accesorios atractivos, armónicos, sobrios?
¿Sus modales y conducta hacia su familia, amigos y grupo de trabajo transmiten y proyectan cortesía, confianza y credibilidad?
¿Puede interpretarse su lenguaje corporal como expansivo y amable, interesado en mejorar y crear las condiciones para una comunicación positiva? Puede interpretar el lenguaje gestual de su interlocutor?
¿Maneja con fluidez su capacidad de hablar en público?
¿Su comportamiento y personalidad se estructuran en valores y virtudes morales?
¿Se compromete a trabajar compartiendo experiencias y aportando calidad profesional en su ámbito laboral?
¿Decide trabajar en un ámbito de trabajo que sea coherente con sus valores personales, en donde se perciba respeto, compromiso y motivación?


Como conclusión de lo expuesto, se puede inferir que la construcción de una imagen profesional equilibrada y armónica, resulta de la sumatoria de aspectos exteriores, y una personalidad educada, expansiva y naturalmente cordial, construida sólidamente en valores y virtudes morales.

Los profesionales del Ceremonial y Protocolo, estamos en condiciones de poder asesorar acerca de los aspectos fundamentales que hacen a la proyección de una imagen ejecutiva creíble y armónica, estructurada sobre sólidos comportamientos éticos.

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